Presentamos este capítulo del recientemente editado libro "Una
revuelta de ricos", el último trabajo del periodista Modesto
Emilio Guerrero sobre la situación en Venezuela.
En esta parte
de "Una revuelta de ricos", inédita en formato digital, el
periodista caribeño residente en Argentina analiza la guerra
mediática que lleva adelante la prensa internacional,
fundamentalmente la cadena norteamericana CNN en español, arremetiendo constantemente contra el gobierno bolivariano de
Venezuela, donde la falsificación y manipulación emocional son el
instrumento, acompañadas por la repetición y reproducción
simultánea.
CNN y la guerra de baja intensidad
A la burguesía venezolana y al gobierno de Estados Unidos no les
importa un pedazo del gobierno, ellos buscan la totalidad del régimen
político y el aparato de Estado. Sin esos instrumentos no pueden
acceder al control de PDVSA y los yacimientos petroleros. Eso no les
impide usar alguna consigna social para legitimarse de vez en cuando,
según la ocasión y la prensa, como hacen cuando los periodistas les
pregunta por qué están en las calles y responden nerviosos que la
inflación es muy alta. El Alcalde de Chacao, el Municipio, el más
rico del país, ubicado al este de Caracas, despejó todas las dudas
con estas palabras sinceras: “Nosotros no estamos en la calle para
encontrar harina-pan, salimos para sacar a este gobierno”.
La
oposición y Washington tienen dificultad para convencer al mundo de
que Nicolás es un autócrata como Kadaffi, o un tirano como Mubarak.
Acuden a la falsificación de imágenes de alto impacto emotivo para
legitimar las acciones anti democráticas. Unas muestran las calles
plagadas de violencia, mucha violencia. Otras muestran las quemas de
todo lo que se pueda, porque la candela produce sensación de
esastre. Una tercera serie de imágenes debe mostrar barricadas.
Estas sirven para convencer al mundo de que ese país vive una
quiebra del poder territorial, que se ha convertido en inviable” y
debe ser socorrido por una misión internacional. Haití es uno de
los ejemplos. Una cuarta magen repetida es la muerte. La muerte como
imagen. Sin ella, todo informe periodístico queda sin remate. La
técnica más usual de cadenas como la CNN es amontonar la
información, y hacerlo a tal velocidad visual que se convierte en
imposible discriminarla, clasificarla, racionalizarla. Eso no impide
incluir alguna imagen o voz de alguien del gobierno. La velocidad
visual y el contenido previo y posterior del informe en su conjunto
se encargan de la tarea sucia. El impacto es demoledor. El único
responsable del “desastre” presentado por las imágenes es el
gobierno. Esta tramoya periodística se basa en lograr que el cerebro
humano sintetice como memoria, por lo menos dos mensajes:
1.
El país está lleno de violencia
2. El gobierno reprime a la
“sociedad civil”
La cadena televisiva CNN en español se
ha especializado en esta técnica de guerra de baja intensidad. Para
ello ha tenido la mayor cantidad de experiencias revolucionarias
vividas en el mundo durante los últimos 15 años. En esa medida,
muchos de sus reporteros y conductores de noticias se convierten en
colaboracionistas de matanzas, golpes militares, sediciones anti
democráticas. Pero no tienen la honestidad intelectual e hidalguía
de aquellos periodistas que desde la guerra de Crimea, se han
comprometido con alguno de los bandos y han asumido las
consecuencias. La primera es moral: aceptar su compromiso. La
segunda, muchas veces ha sido el riesgo de sus propias vidas. La CNN
y NTN24 se quejaron porque fueron echadas de Venezuela, sin asumir su
compromiso abierto con uno de los bandos en lucha.
Para
desencadenar el golpe del 11 de abril de 2002, el corresponsal de la
CNN filmó un video a la mañana de ese día. Acto seguido
“informaron” que “habían” 8 muertos en las manifestaciones
opositoras de las calles de Caracas. En febrero de 2014 no fue
necesario filmar un documento que luego puede filtrarse, como ocurrió
en 2002. Días después del golpe, el corresponsal de la CNN develó
su parte en la conspiración:
Todo el escenario del 11 de
abril se complica aún más si tenemos en cuenta el testimonio de
Otto Neustald, quien fue corresponsal de CNN en Caracas en la fecha
del golpe de Estado. Neustald asegura que los militares golpistas,
antes de dar la declaración en donde llamaban a la insurrección de
las fuerzas armadas y policiales, ensayaron en tempranas horas de la
tarde un guion en el que aseguran que hay varios muertos a manos de
francotiradores en las manifestaciones. Aunque Neustald es ambiguo en
su testimonio y asegura que el gobierno venezolano lo utilizó
políticamente, admite que él estuvo reunido con los militares dos
horas antes de que comenzara la alocución de Chávez (3:45, pues
Chávez comienza su alocución diciendo que “falta, según mi
reloj, un cuarto para las cuatro”), es decir, a la 1:45 pm. El
primer muerto por francotirador se registra después de las 3:30 pm,
según la hora de un transeúnte que recoge el cadáver y es grabado
por una cámara, que recoge el documental “Puente Llaguno: claves
de una Masacre1”. Aunque el periodista no culpa a los militares
insurrectos de las muertes del 11 de abril, y mantiene su postura
opositora de culpar al gobierno porque era responsable de impedir el
golpe de Estado (...), la pregunta de por qué los militares
insurrectos sabían que iban a existir muertos y el modo en que iban
a ser asesinados, sigue quedando sobre la mesa. También asegura –y
de esto no se arrepiente en una rueda de prensa posterior que ofrece
denunciando al gobierno venezolano- que el día 10 en la noche le
avisaron los hechos del golpe de Estado con antelación y le
solicitaron cubrir la noticia. Así se expresó el periodista:
“El
día 10 en la noche me llaman por teléfono y me dicen Otto, mañana
11 viene un video de
Chávez, la marcha se va hacia el palacio de
Miraflores, va a haber unos muertos y aparecen 20
militares de
alto rango pronunciándose en contra del gobierno de Chávez y
pidiéndole la denuncia al presidente. Esto me lo dicen el día 10 en
la noche". (Qué pasa hoy en Venezuela, Palabras al margen,
Andrés Felipe Parra, Caracas, 15/02/14)
Esta vez subieron la
escala de la patraña. Los muertos son muchos más que doce años
atrás (37 hasta el 29 de marzo).
Ese material “informativo”
es difundido a través de las instantáneas redes sociales del
sistema
mundial de comunicaciones de la Internet. Las cadenas
televisivas y de diarios las reproducen sin chequear. No es necesario
hacerlo cuando el medio y su enviado se comprometen con uno de los
bandos, como hicieron los de la CNN, TN, NTN24, Caracol y otras
agencias. La falsificación es el instrumento, el resto lo hace la
repetición y reproducción simultánea. Uno de sus resultados
inmediatos son las señoras antichavistas gritando llantos en los
noticieros de televisión, sin saber quién mató a quién, quién
arma las barricadas, y todo lo demás.
En 2002 la
falsificación internacional comenzó con una imagen de la CNN y
remató con otra del
canal venezolano Venevisión, la de los
“pistoleros de Puente Llaguno”.
Como advierte Luis Brito
García en una reciente entrevista, “La situación actual en
Venezuela tiene un contexto histórico que debe ser entendido.
Durante el intento de golpe previo, en 2002, las cadenas televisivas
en particular jugaron un rol determinante en lo que llegó a ser un
golpe mediático. Los medios se convirtieron a sí mismos en actores
políticos, algo que he documentado en mi libro Dictadura Mediática
[2012]. Sólo consideren, por ejemplo, como el decreto Carmona- con
el cual los líderes del golpe esencialmente disolvieron la
Constitución- fue firmado por representantes de los principales
medios. Estos mismos medios también editaron las imágenes,
historias y hechos que no se adecuaban a su narrativa. Durante el
golpe, los equipos televisivos incluso llegaban antes de que los
actos represivos fueran llevados a cabo por los líderes del
golpe.
¿Y cuál es la diferencia?
En este intento de
golpe, las cadenas televisivas han adoptado un tono diferente, pero
la radio, las redes sociales y la prensa internacional están jugando
un rol destacado, usando imágenes de represión en Egipto, Siria,
Estados Unidos y otros países para pintar una supuesta represión en
Venezuela. Observe, por ejemplo, como unos pocos cientos de
estudiantes violentos vienen a simbolizar a los “estudiantes”, la
“juventud” y al “país”. (Lovato, Roberto. Luis Britto García
detalla el rol de los medios de comunicación en el actual conflicto
en Venezuela. Reuters, Caracas 09/04/14)
Para legitimar las
acciones de febrero y marzo de 2014, usaron una veintena de imágenes
tomadas de sucesos en países tan lejanos como Egipto o Túnez y
heridos de escenarios del año anterior en Caracas. ¿Qué código
internacional regula esta conducta criminal? ¿Qué organismo de las
Naciones Unidas se encarga de penar este comportamiento ilegal de
cadenas internacionales de noticias?
Instalaron en millones de
personas en el mundo, el impacto emotivo de un gobierno matando
indefensos estudiantes opositores. En buena medida lo lograron.
Es un triunfo mediático montado sobre una gigantesca estafa
construida con una sucesión de mentiras. Este twuit es un
buen ejemplo:
“Al día de hoy van 3.000 asesinatos en 2, 5
meses, 1600 detenciones, 200 desaparecidos, 130 torturados, varios
ajusticiados, 16 menores detenidos, hospitales técnicamente cerrados
por falta de insumos, escasez de alimentos en un 40%, medicamentos en
un 30%, respuestos de vehículos un 50%, etc, y el gobierno decreto
en la práctica un estado de excepción ya que MAduro ordena
detenciones que es competencia del poder judicial. Este es el
verdadero panorama que vivimos y no las mentiras de los fanáticos
comunistoides. Gracias por el apoyo de uds con sus notas de denuncias
y de fortaleza.
(El Universal (@ElUniversal) twitteó a
las 0:52 PM on sáb, mar 15, 2014: Foro Penal da una rueda de prensa
con familiares de los detenidos y las víctimas
http://t.co/hQiSTvCR8a (vía @PorHumanidad) #15M)
Develar la
otra verdad, oculta debajo de esa montaña de sensaciones
informativas, le costará al
gobierno bolivariano una enorme
cantidad de recursos y tiempo.
Tiene razón el intelectual y
diputado chavista Earle Herrera cuando declaró el 15 de febrero que
“Venezuela está frente a una guerra mediática nacional e
internacional, que busca descalificar y desacreditar su Gobierno y el
país mismo. Es una campaña nunca visto en este país. Esas
campañas, alentadas por la derecha venezolana y por agentes
externos, buscan dar traste con la Revolución Bolivariana, y es por
ello, agregó el parlamentario, Hugo Chávez y Nicolás Maduro han
sido los presidentes más atacados” (Asamblea Viva, canal
ANTV)
Es una batalla medio difícil, entre otras razones,
porque la contra información no fue debidamente acompañada por los
gobiernos amigos de Venezuela. Pero también debido al criterio
informativo usado por el sistema de medios oficial. Si lo medimos por
VTV-Canal 8 y por Telesur, la realidad fue escindida, en sentido
inverso a lo que hicieron NTN24 y la CNN. Estas cadenas mostraban las
imágenes del desastre para culpar al gobierno de “la represión”.
El sistema de medios oficial prefirió no mostrarlos hasta el día
19, imposibilitando la explicación cualitativa del suceso, sus
responsables, la cadena de causas que condujeron a la revuelta.
Este error, es apenas, un efecto en el terreno periodístico,
de dos fallas conceptuales. Una, no haber previsto lo que estaba
previsto y dejarse asaltar por los hechos cuando estos ya eran
irreversibles. La otra fue haber establecido la defensa desde la
estrategia del “desgaste”. No haber informado correctamente fue
instrumental en la estrategia política. Ambas fallas
contienen el mismo error de caracterización del fenómeno. Un
diagnóstico equivocado puede conducir a una medicina inadecuada.
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